Si estás embarazada o tienes un bebé o niño pequeño, es recomendable que
esperes hasta que tu hijo tenga al menos 3 años, antes de llevar a tu casa un
lindo perrito o gatito. El tener una mascota representa un gran
compromiso. Hay que tener el tiempo para cuidarla además de recursos, sobre
todo financieros.
Además, tener una nueva mascota puede
resultar muy estresante, sobre todo si tienes un bebé recién nacido. Recuerda
que habrá un periodo de adaptación cuando lleves al animal a la casa. Durante
este tiempo, habrá que entrenar a la mascota para que “haga sus necesidades”
fuera de la casa. Pero mientras eso suceda, te mantendrás ocupada limpiando sus
“sorpresas”.
Es importante que tu hijo sea lo suficientemente
maduro como para saber que no debe molestar mucho a la mascota cuando aún no la
conoce muy bien ni sabe cómo va a reaccionar en ciertas situaciones. Ten
presente que tu hijo seguramente no te ayudará con todo lo que tenga que ver
con la limpieza de la mascota hasta que tenga entre 7 y 8 años.
Si tu familia está preparada para tener un perro
o un gato, es recomendable que elijas uno que tenga entre 1 a 5 años. Se
considera que a esa edad los perros y gatos conviven mejor con los niños
pequeños, ya que no son tan nerviosos ni tienden a jugar con la misma
intensidad que los cachorros.
Además a esa edad todavía no tienen
padecimientos como la artritis u otros problemas de salud, a lo cual se
atribuye el mal humor de algunos animales. Si de verdad quieres una mascota,
puedes adoptarla en un refugio para animales.
Si te decides por adoptar un animal, pregunta a
las personas encargadas del refugio sobre el temperamento de tu potencial
mascota. Además te pueden comentar sobre las cosas que le gustan y aquellas que
le desagradan.
También te informarán sobre su nivel de energía
y cómo se comporta con los niños. Muchos refugios y grupos de rescate de
animales hacen pruebas para ver cómo se comporta un animal con los niños.
Recuerda que puedes pedir una mascota que haya vivido en un hogar con
niños.
Muchos de los animales que
son rescatados, son cuidados temporalmente por familias que de manera
voluntaria los entrenan y los exponen a experiencias de la vida diaria que
encontrarán una vez que estén en un hogar permanente.
Si quieres asegurarte de que la mascota que
adoptarás se siente cómoda entre niños pequeños, puedes hacer lo siguiente:
observa cómo responde a ruidos fuertes y al tacto, especialmente cuando la
tocan los pequeños, que pueden ser un poco bruscos.
Si se trata de un perro, tócale las orejas y
mira dentro de ellas, acaricia sus patas, ponle los dedos en la boca y tócale
la lengua, acarícialo por todas partes y haz que ruede sobre el piso. Corre en
círculos y brinca.
Si es un gato, intenta agarrarlo en los brazos,
tocarle las patas y acariciarlo. Procura que la mascota permita un trato un
poco más brusco, que responda calmadamente al estímulo y molestias que le
pueden causar los niños.
Otra opción sería adoptar una mascota en un
programa de entrenamiento para perros guía. Después de que los entrenan, muchos
de estos perros no se ajustan a los estándares estrictos requeridos para
trabajar como perros guía para personas discapacitadas y ciegas. Así que muchos
de éstos están disponibles para su adopción, y son excelentes mascotas
familiares.
Si estás considerando cachorros de pura raza,
fíjate en el temperamento de la mamá y del papá, si están ahí. Si son cariñosos
y de buen humor, es más probable que los cachorros sean de la misma manera.
Para muchas personas el temperamento es más importante que la raza. Por
ejemplo, hay golden retrievers con un mal temperamento y terriers muy
dóciles.
Pero algunas razas de perro son especialmente
conocidas por ser buenas mascotas familiares. Los perros deportivos como los retrievers y
los spaniels tienden a ser graciosos, además de que tienen sus
bocas suaves y les gusta que los toquen. Pero ten en cuenta que esos perros
tienen mucha energía y tienen dientes afilados y les gusta morder cuando son
cachorros.
Los perros que no son siempre
tan buenos con los niños incluyen los perros chiquitos y los terriers pequeños,
que son más defensivos y se pueden hacer daño más fácilmente. Los perros
tipo Welsh corgis y border collies pueden
perseguir a los niños y morderles los tobillos.
Quizá quieras contratar a un entrenador
profesional para que evalúe el temperamento del perro antes de comprometerte a
adoptarlo. En Estados Unidos, los entrenadores cobran entre 30 y 150 dólares
por hora, pero a veces hacen una evaluación gratuita si pagas por otro tipo de
entrenamiento.
Para encontrar un buen entrenador en tu área,
consulta grupos de padres o clubes de perros para que te recomienden
entrenadores capacitados.
Algunas sugerencias sobre los gatos:
En general, los gatos machos toleran más a los
niños pequeños que las hembras, ya que éstas tienden a ser más independientes.
Es mejor un gato domesticado, de interior, porque los gatos que no están domesticados
no se sentirán muy felices como mascotas.
Si te interesa un gato de pura raza, el tipo
denominado Ragdoll, es muy recomendable. Estos gatos grandes de
pelo largo son calmados, gentiles y amigables. Y si esperas un bebé, deja que
otra persona cambie la arena del gato, y toma otras precauciones contra la
toxoplasmosis.
Aparte de la raza, asegúrate de escoger una
mascota que se adapte bien al estilo de vida de tu familia y que por supuesto,
se sienta cómoda entre niños. Por ejemplo, un perro que tiene mucha energía
puede ser un inconveniente para una familia que no hace ejercicio y un gato
rebelde puede ser más de lo que una familia calmada puede soportar. ¡Buena
suerte!.
Nota del editor: Un estudio
sobre las mordidas de perros, efectuado en 2006 y publicado en la revista Pediatrics, les recomienda a los padres que no lleven una mascota a su
casa, hasta que sus niños estén en edad de ir a la escuela.
Dicha investigación encontró que los bebés menores de 1 año,
eran más propensos a ser mordidos por perros que conocían y a los cuales habían
provocado intencionalmente. El número de ataques disminuyó a medida que los
niños crecían.
Los autores de este estudio aconsejan a los padres que
entrenen a sus niños para que se sepan cómo comportarse cuando estén cerca de
un perro. Asimismo, dicen que es fundamental que siempre supervises a tu niño
cuando interactúe con un perro.
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