Ocho consejos de crianza para mejorar la vida en familia

Los padres siempre hacemos frente a las peleas entre hermanos, impertinencias, rabietas y luchas de poder. El trabajo de un padre es proporcionar a su hijo herramientas y oportunidades para tener éxito. Y aunque el trabajo de criar a los hijos a veces puede ser ingrato, es más fácil cuando se aprenden habilidades de crianza. A continuación se presentan ocho consejos que hacen una diferencia en las vidas de las familias.

  1. Controlá lo que podés: tu respuesta.

La realidad es que no se trata de ver cuánto incomodás a tu hijo. Se trata de lo consistente que eres. Ser constante, medido y previsible funcionará, incluso si tu hijo no está demostrando su molestia de manera visible. Mantente enfocado en lo que tenés control: tu respuesta. Lo maravilloso de tener confianza en el proceso es que se puede mantener la calma.

  1. Alejarse a menudo es la mejor respuesta.

Muchos padres se sienten frustrados por las luchas de poder constantes. La técnica que es recomendable es establecer límites y alejarse. Esto significa no participar en la lucha de poder con tu hijo. Al responder de esta manera, tu hijo dejará de reforzar el comportamiento negativo. Al tomarse un tiempo para que la situación «enfríe», aumenta la probabilidad de tener una conversación tranquila, eficaz y productiva con el niño.

  1. Manejar un comportamiento o problema por vez.

Muchos padres se centran en varios problemas de comportamiento por vez, pero tratar de hacer todo a la vez no es una forma efectiva para lograr un cambio. Los niños y los padres están demasiado abrumados por la presión de mejorar cada parte a la vez. Lo mejor es darse tiempo y concentrarse en un plan para ayudar al niño, esto será más eficaz a largo plazo. Tendrá claras las expectativas y los límites del hogar y la escuela en un tema puntual.

  1. Sé un modelo a seguir con el comportamiento que deseas ver.

El ser un ejemplo es una poderosa manera de influenciar el buen comportamiento. Los niños ven más lo que hacemos que lo que decimos. A veces no parece que tenemos influencia en las decisiones de nuestros hijos, pero la percepción no es siempre la realidad.

  1. No personalices el comportamiento.

Cuando estás en medio de una situación, puede que no tengas la capacidad de mirar a todos lados con un lente de objetivo claro. Es fácil y normal personalizar el comportamiento que parece estar dirigido a ti. Una de las herramientas que muchos padres encuentran útil es imaginar la situación como si fuera un desconocido. ¿Cómo contestarías a un vecino o a su hijo si exhibe el mismo comportamiento? Si te preocupás por tu vecino y su familia, es probable incluso que implementes consecuencias para comportamientos específicos. Por otro lado, también podrás estar dispuesto a dejar pasar algunas cosas y reconocerás que el comportamiento inadecuado puede ser porque tu hijo tiene un mal día o está de mal humor.

  1. Que el objetivo sea «lo suficientemente bueno», no «perfecto».

Con demasiada frecuencia vemos a los que nos rodean y comparamos nuestras vidas, a nuestros hijos y la crianza de nuestros hijos. A menudo nos quedamos cortos al comparar la vida que creemos que otras personas están viviendo. La mayoría de la gente no va a compartir con los demás las luchas que enfrenta. Todo el mundo se esfuerza, nadie vive una vida perfecta, todos hacen lo mejor que pueden, incluso vos. Sos humano. No vas a hacer todo perfecto todo el tiempo. A veces vas a continuar participando de la lucha de poder cuando desearías que se hubiera marchado. A veces vas a levantar la voz cuando desearías que se hubiera calmado todo. Podés aprender de cada experiencia y tratar de hacerlo de manera diferente la próxima vez. ¿Qué le dirías a tu mejor amigo/a si él/ella estuviera experimentando problemas de crianza similares? Lo más probable es que no le dirías que es un fracaso en la crianza, sino que posiblemente darías palabras de aliento, de apoyo y si es posible lo/la ayudarías a encontrar el humor en la situación.

También tu hijo está haciendo lo mejor que puede. A temprana edad no tiene las habilidades y estrategias para manejar los sentimientos que vienen junto con él. Todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para navegar por la vida. Si nos acordamos de esto, nos ayudará en la lucha.

  1. No subestimes la importancia del autocuidado.

Muchas veces el autocuidado es pasado por alto en nuestras agitadas vidas. Es difícil ser un padre eficaz si se está estresado y agotado todo el tiempo. Mediante la práctica de autocuidado, tendrás la energía para hacer frente a la conducta de tu hijo y te sentirás capaz de aplicar de forma coherente nuevas herramientas.

Tener un «plan de cuidado de uno mismo» puede ser útil en momentos de estrés. Esto puede ser cualquier cosa que gustes: hacer una actividad de disfrute, recreación física, hablar con alguien de los problemas que estás enfrentando, etc.

  1. Ten paciencia. El cambio de comportamiento es un proceso, no un acto.

Las conductas se aprenden y se desarrollan con el tiempo, por eso, el cambio de comportamiento y aprender nuevas maneras de resolver problemas lleva tiempo. Es importante tener en cuenta que la creación del cambio empieza primero con los padres. Hay más probabilidades de crear un cambio efectivo en el largo plazo cuando sos consistente y repetitivo al abordar el comportamiento y las decisiones de tu hijo. Tenés que ser paciente.

Para finalizar, se recomienda:

  • Tomarse un tiempo para reconocer todo el trabajo que hacés.
  • Tener en cuenta que hay otros padres para trabajar juntos e intercambiar ideas.
  • Tener en cuenta que cuando se está en la lucha con temas de crianza difíciles, no se está solo.

Fuente: http://www.mundobebe.com/contenido/Ocho-consejos-de-crianza-para-mejorar-la-vida-en-familia-18239

Fecha: S/F

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Abrir chat
¡Hola! ¿En qué podemos ayudarte?