La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la causa más común de ceguera en personas mayores de 50 años en países desarrollados. En una de las fases tardías de la enfermedad se produce la atrofia geográfica (AG). En este estadio es cuando tiene lugar la pérdida progresiva de las células del epitelio pigmentario de la retina (EPR) junto a la degeneración secundaria de los fotorreceptores, lo que da lugar a la pérdida de la visión central.
Además, la DMAE en su variante atrófica, no tiene tratamiento en la actualidad, estimándose que en el año 2020 afectará a 196 millones de personas en todo el mundo. Por lo que, hoy en día, la investigación en terapias avanzadas para enfermedades de la visión es un tema de gran interés científico.
La Barcelona Macula Foundation (BMF), como socio del proyecto europeo ADVANCE.CAT, lleva años apostando por la investigación de la terapia celular con fines regenerativos. Desde el inicio del proyecto, en 2016, hasta la actualidad, la BMF, junto al Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), el Banco de Sangre y Tejidos (BST) y la Universidad Miguel Hernández (UMH), han validado la capacidad de las células madre pluripotentes inducidas (iPSC) para diferenciarse en células de EPR y para implantarse y sobrevivir en la retina de un modelo animal. Esta investigación se ha desarrollado en la Preclinical Eye Research Unit, unidad liderada por la BMF y Specipig.
Las iPSC se obtuvieron en el laboratorio a partir de células somáticas mediante reprogramación celular. Estas células, con la capacidad de diferenciarse en muchos tipos celulares, se diferenciaron a EPR y se les sometió a estrictos controles de seguridad para evitar la futura aparición de teratomas en el tejido tratado.
Una vez se seleccionaron las poblaciones de células diferenciadas de la más alta pureza se iniciaron los ensayos en modelos animales. El modelo seleccionado es un modelo porcino que reproduce algunas de las características de la AG humana mediante la inyección subretiniana de yodato sódico. Las células EPR se inyectaron en el espacio subretiniano de la retina dañada, tanto dentro como fuera del área de la lesión inducida por el yodato sódico. El ojo contralateral se mantenía como control sin tratamiento.
Después de tres meses de seguimiento de la estructura de la retina mediante tomografía de coherencia óptica (OCT), fondo autofluorescente (FAF) y retinografías, se realizó el estudio histopatológico para evaluar la seguridad, integración y supervivencia de las células.
Tras el trabajo conjunto de las instituciones implicadas se ha demostrado que las células hiPSC-EPR implantadas son capaces de integrarse en la retina sana y de formar una monocapa epitelial. Por otro lado, también se ha visto que la capacidad de integración de estas células no es óptima en la zona atrófica y en todo caso se integran de forma puntual.
Estos hechos, en un contexto clínico, podrían sostener la hipótesis de que el uso de las iPSC-ERP podrían tener la capacidad de integración fuera de los límites de la GA, lo que potencialmente podría tener efectos tróficos o de soporte a las células nativas contribuyendo, así, a la supervivencia celular y ralentizando la progresión de la atrofia.
El objetivo trasnacional, en un periodo de medio plazo, será intentar promover un ensayo clínico Fase I para evaluar la seguridad de esta terapia celular y, posteriormente, empezar una segunda Fase para intentar evidenciar el retraso de la progresión de la enfermedad.
Fuente: By BMF Barcelona Macula Foundation: Research for Vision
Fecha: Noviembre 2018